Sin duda que la pandemia o Sindemia, así llamada por su mayor potenciación , ha generado pobreza ,desconcierto pero también espacio para analizarse y conocerse.
Algunas personas mayores y también menores necesitaron no solo medicamentos y cuidados hospitalarios sino apoyo espiritual de sus personajes cercanos, pero quienes estaban solos se sintieron y aún lo hacen ,muy postergados, extendiendo sus redes hacia la comunidad que se ha movido sensiblemente hacia los más desposeídos. La comunidad en Chile se destaca porque ante las catástrofes suele superar sus diferencias profundas y se conmueve ,generando instancias de ayuda sincera y comprometida para ayudar efectivamente incluyendo a los niños que han querido aportar su actividad para socorrer a los mayores en desgracia.